Cuando un conductor llega a una Estación de Servicio, muchas veces piensa en infraestructura, en precios o en rapidez para continuar su ruta. Lo que casi nunca se percibe es la dimensión humana que sostiene ese funcionamiento: personas que madrugan, que administran turnos en días feriados, que asumen riesgos financieros y que dependen de un negocio cuya operación exige disciplina y precisión técnica. 

Según señalaron a Surtidores Latam desde la Cámara de Empresarios del Combustible, esa realidad tiene un componente determinante, ya que las Estaciones de Servicio son mayoritariamente empresas familiares, no conglomerados empresariales.

La entidad gremial sostuvo que esta característica es fundamental para entender la verdadera estructura del mercado. “El país debe saber que la gran mayoría de las estaciones son emprendimientos levantados con sacrificio, visión y constancia. No hablamos de fortunas, hablamos de familias costarricenses que trabajan todos los días para sostener un servicio esencial”, expresaron desde la Cámara, enfatizando la necesidad de desmitificar la idea de que este rubro está dominado por grandes grupos económicos.

Una de esas historias es la del Servicentro Río Claro, en la Zona Sur, donde la familia Campos construyó un proyecto que atraviesa generaciones. Al frente del legado está Elian Campos, un empresario de carácter discreto con una filosofía sencilla y profunda: “El negocio crece si crecemos como familia.”

Campos relató que el emprendimiento no nació de comodidades, sino de décadas de esfuerzo. Desde la administración de la empresa explicaron que sostener una estación implica mucho más que vender combustible. Es coordinar inventarios que deben mantenerse sin fallas, cumplir con estrictas regulaciones ambientales, capacitar al personal, atender inspecciones, mantener sistemas de seguridad actualizados y resolver situaciones que pueden surgir en cualquier momento del día. 

También destacaron que es ser un punto de confianza para la comunidad, especialmente en regiones donde estas operaciones representan uno de los principales motores económicos locales.

Desde su perspectiva, el futuro exige un equilibrio entre tradición e innovación. La empresa reconoce que deben incorporar nuevas tecnologías, adaptarse a regulaciones más exigentes y prepararse para un entorno energético que cambia con rapidez. “Nuestro objetivo es mantener los valores con los que nacimos, pero mirando hacia adelante, entendiendo las nuevas dinámicas del mercado”, agregaron.

Para la Cámara de Empresarios del Combustible, este tipo de testimonios reflejan la esencia de un sector que suele pasar desapercibido en el debate público, pero que es fundamental para la movilidad, el transporte y la economía en general. La entidad afirma que cientos de familias enfrentan diariamente una operación compleja y estrictamente regulada, donde un error puede significar no solo pérdidas económicas, sino riesgos de seguridad.

“Debemos reconocer el aporte de estas familias, que sostienen empleo, generan desarrollo y mantienen un servicio crítico para el país. Su esfuerzo no siempre se ve, pero es indispensable”, enfatizaron desde la organización.