Se espera que los combustibles en las Estaciones de Servicio tengan un nuevo aumento del 4 por ciento a raíz de lo fijado por el programa gubernamental “Precios Justos”. Iniciativa que congeló el valor de aproximadamente 2.000 productos que forman parte de la canasta básica y que en noviembre se incorporó la nafta y el gasoil con previo acuerdo con las petroleras.
Este incrementó será el penúltimo estipulado (sólo resta un 3,8 por ciento en marzo), pero desde el sector volvieron a remarcar que la suba está por detrás de la evolución del índice inflacionario nacional, lo que produce distorsiones entre los montos en las pizarras de las bocas de expendio y los costos operativos.
“Los precios de los combustibles en el surtidor se vienen ajustando de acuerdo a la devaluación del peso. El problema es que el dólar oficial se retrasa cada vez más a comparación de la inflación, cercana al 6-7 por ciento mensual, lo que genera presiones cambiarias mayores”, sostuvo Daniel Montamat, exsecretario de Energía de la Nación y exdirectivo de YPF.
“Es decir, pesan más los costos operativos y ello afecta el margen disminuyendo un poco más la rentabilidad de las Estaciones de Servicio”, agregó en conversación con surtidores.com.ar.
Cabe recordar que hoy en día la utilidad del sector estacionero argentino es una de las más bajas del Cono Sur, por detrás de Chile (9,6), Brasil (13,9) y Uruguay (15,2 puntos porcentuales), de acuerdo a datos que compartió el especialista.
Asimismo, tanto el precio de la nafta súper como el gasoil de grado 2 (común) continúan lejos de las referencias internacionales, a pesar de los últimos incrementos que se concretaron en los últimos meses.
En el caso del primer combustible mencionado, la brecha alcanza el 17 por ciento, dado que el litro en el surtidor de Gran Buenos Aires cuesta $177 en promedio, pero el valor del import parity se calcula en $213,8 por litro. Mientras que para el diésel, la diferencia es de 22 puntos porcentuales, ya que el litro en GBA ronda $202,3 y la paridad de importación es de $258,3 por litro.
“Para que desaparezca la distorsión respecto al import parity la nafta súper debería aumentar un 20.7 por ciento y el gasoil grado 2 un 27,6 por ciento. En tanto que los combustibles premium estamos bien, casi en paridad de importación, aunque es cierto que el consumo mayoritario pasa por los otros dos productos”, detalló Montamat.
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