El etanol en Perú, producido de caña de azúcar, ofrece un 85% menos de CO2. Se posiciona como clave para la descarbonización del transporte y SAF.
Perú.
7 Jul, 2025
Actualidad. Con alta producción y baja huella de carbono, el Perú impulsa el uso de etanol en su transición energética
El país exportó más de 160 mil m3 de etanol en 2024 y busca consolidarse como proveedor estratégico de combustibles renovables.

Con un 85% menos de emisiones de CO2 en comparación con los combustibles fósiles, el etanol producido a partir de caña de azúcar en el Perú se posiciona como una de las soluciones más prometedoras en la lucha contra el cambio climático. Su potencial no solo reside en su eficiencia ambiental, sino también en su viabilidad económica, su impacto social y su capacidad de inserción en mercados internacionales como el de los Países Bajos.

Según datos del Global Carbon Budget, Perú superó en 2023 las 55 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono, de las cuales el 15% provino del transporte. Ante este panorama, el foro organizado por Mitsui & Co. Perú y PERUCAÑA sirvió como plataforma para destacar las ventajas del etanol como biocombustible para el transporte terrestre y aéreo, contando con la participación de actores claves del sector energético, automotriz y aeronáutico.

El Perú tiene una oportunidad única: usar sus recursos naturales para reducir su huella de carbono y liderar una transición energética limpia”, afirmó John Carty, presidente de PERUCAÑA, durante el foro. El evento reunió a representantes de Toyota Perú, Cummins US, Caña Brava, Agroaurora, y organismos como el Ministerio de Energía y Minas y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), posicionando al país como un potencial referente regional.

Cabe mencionar que actualmente, las plantas etanoleraras de Piura, Agroaurora y Caña Brava, operan sobre más de 20 mil hectáreas de caña de azúcar, alcanzando un rendimiento récord de 121 toneladas por hectárea, el más alto de Latinoamérica. En 2024, Perú produjo 217 mil metros cúbicos de etanol y exportó más de 160 mil, consolidando su prestigio internacional gracias a la calidad del producto y su baja huella ambiental.

En términos técnicos, el etanol puede mezclarse con gasolina, permitiendo reducciones drásticas de emisiones en vehículos sin necesidad de modificar motores. Y más aún, su versión derivada (ATJ – alcohol-to-jet) se perfila como uno de los pilares del desarrollo de Combustibles Sostenibles de Aviación (SAF), cuya demanda mundial se proyecta por encima de los 300 millones de toneladas para 2050.

El Perú está en una posición estratégica para producir SAF. Pero requerimos reglas claras y una articulación público-privada que garantice inversión e innovación tecnológica”, destacó Jiro Yamada, presidente de Mitsui & Co. Perú. Según la IATA, existe un desbalance entre la creciente demanda de SAF y la oferta proyectada, lo que abre una oportunidad clave para países productores como Perú.

El desarrollo de este sector impacta positivamente en la economía rural: más de 100 mil empleos directos e indirectos se generan en torno a la agroindustria de la caña de azúcar, con cosechas permanentes y una cadena de valor que dinamiza el norte peruano. A esto se suma el llamado del sector privado a elevar el mandato de mezcla de etanol en gasolina del actual 7.8% a niveles similares a los de Brasil y Paraguay, que superan el 25%.

Finalmente, durante el encuentro concluyeron que con voluntad política, visión estratégica y alianzas público-privadas, el etanol no solo representa una herramienta en la descarbonización, sino una oportunidad de desarrollo sostenible. Perú puede liderar una nueva etapa en la movilidad limpia de América Latina.

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