Electromovilidad en Perú
Perú.
29 Dic, 2025
Actualidad. ¿Con cuántas electrolineras cerrará Perú el 2025?
El país amplía de forma gradual su red de puntos de carga para vehículos eléctricos, aunque la infraestructura sigue concentrada en cargadores de baja y media potencia y enfrenta limitaciones que condicionan la adopción masiva de la electromovilidad.

La electromovilidad avanza en Perú de manera gradual, impulsada por compromisos climáticos, iniciativas privadas y una oferta creciente de vehículos electrificados. Sin embargo, el desarrollo de infraestructura sigue siendo uno de los principales cuellos de botella para su adopción masiva. Para el sector energético y de combustibles, el despliegue de puntos de carga se convirtió en un indicador del ritmo real de esta transición.

De acuerdo con el registro de puntos de carga disponibles en el país, la red actual se compone mayoritariamente de cargadores de baja y media potencia, instalados en hoteles, centros comerciales, institutos técnicos, concesionarios y algunas estaciones de servicio. Predominan equipos de entre 7,4 kW y 9,6 kW, con presencia puntual de cargadores rápidos de 30 kW y 60 kW, estos últimos aún concentrados en Lima y en corredores específicos.

La infraestructura se distribuye en varias regiones, incluyendo Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima, Moquegua, Pasco, Piura, Puno, Tacna y Tumbes. Instituciones como SENATI, cadenas hoteleras, centros comerciales y algunos grifos han sido los principales espacios de instalación, lo que evidencia un crecimiento fragmentado y más asociado a iniciativas individuales que a una planificación integral.

En términos tecnológicos, la red combina conectores Tipo 1, Tipo 2, CCS2 y CHAdeMO, con cargadores de marcas como Enel X Way y XCharge. Esta diversidad permite atender distintos tipos de vehículos, aunque también introduce desafíos de interoperabilidad y estandarización, especialmente para usuarios que buscan recorrer largas distancias fuera de los principales centros urbanos.

Desde la mirada del sector, la principal limitación no es solo la cantidad de puntos, sino su ubicación estratégica y disponibilidad efectiva. “La disponibilidad de cargadores sigue siendo insuficiente para generar confianza entre los usuarios. Sin una red de carga confiable, accesible y disponible, difícilmente se podrá incentivar la adopción masiva de vehículos eléctricos”, explicó a Surtidores LATAM Alfredo Peña Ramos, consultor en generación de sistemas aislados, energías renovables, electromovilidad e hidrógeno verde.

 

Las cifras de mercado refuerzan esta lectura. Según datos de la Asociación Automotriz del Perú, las ventas de vehículos electrificados representan apenas el 4% del total de unidades livianas comercializadas en el país. El contraste regional es marcado: en Colombia, los vehículos electrificados alcanzan cerca del 30% de las ventas, mientras que en Ecuador rondan el 15%.

Cabe mencionar que este rezago plantea interrogantes sobre la capacidad del país para cumplir sus objetivos de electrificación del parque automotor hacia 2030, en línea con los compromisos asumidos en el Acuerdo de París. Sin una expansión sostenida de electrolineras, especialmente en rutas interurbanas y nodos logísticos, el crecimiento del parque eléctrico seguirá limitado a nichos específicos.

Desde la AAP advierten que, más allá del número, el desafío pasa por consolidar una red funcional, continua y confiable. Para Estaciones de Servicio y actores del sector, la electromovilidad ya no es una discusión futura, sino una variable que empieza a redefinir el mapa de la oferta energética, aunque todavía lejos de desplazar a los combustibles tradicionales.

 

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