El crecimiento del hidrógeno verde (H2), en el mundo, trajo consigo, por un lado, buenas noticias en cuanto a la descarbonización por C02 y a la minimización del calentamiento global, aunque este concepto aún no consigue posicionarse en los países principales productores de petróleo del mundo.
La transición energética hacia los combustibles limpios como el H2, ha mostrado asimetrías abismales entre los países, y en ese escenario, se destaca el grupo de países firmantes del “Acuerdo de Paris” -del que Uruguay es parte- que ha tomado real dimensión del calentamiento global en el mundo, fruto del efecto invernadero y la contaminación.
ASIMETRÍA EN LATAM
América Latina no escapa a esta “asimetría” mostrando precisamente las dos puntas. Por un lado, Uruguay que encabeza los procesos de transición energética además de ser el país con menor contaminación en el continente, y por otro lado países como Venezuela, en los que la discusión por los temas medioambientales y el comenzar el camino hacia las energías renovables, por el momento es casi nula.
Un reciente reporte de Transición Energética del World Economic Forum, ubica a este país en el lugar 111 entre 115 evaluados en materia de atraso hacia la transición energética, catalogando su situación como de “aferrada a que los combustibles fósiles seguirán siendo hegemónicos”.
URUGUAY EN EL OTRO EXTREMO
En el otro extremo se encuentra Uruguay, considerado por la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos, como uno de los países más sostenibles del mundo, con un 98 por ciento de electricidad renovable, en lo que considera fue “una transición rápida y rentable” según consignó el Instituto de Recursos Mundiales (WRI por sus siglas en inglés), mientras que con respecto a la denominada transición, ocupa los primeros lugares en el continente junto a Puerto Rico.
En materia de H2, la consultora Bloomberg coloca a nuestro país como uno de los principales exportadores en los próximos años. “Uruguay ha creado una hoja de ruta para la producción de hidrógeno verde, que podría generar 2.100 millones de dólares en ingresos y hasta 34 mil puestos de trabajo para 2040” detalla.
Además, otro informe de la consultora McKinsey, concluye en “Uruguay es atractivo para los inversores por las grandes empresas que allí se instalan, atraídas por la estabilidad de su economía y su energía sostenible”.
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