La decisión de incrementar $400 el precio de la gasolina y $65 el diésel, se hizo efectiva en todo el país durante el primer día del año. La medida ya había sido anunciada por el ministro de Hacienda en el mes de diciembre.
En diálogo con Surtidores LATAM, Farid Jones, presidente de la Federación de Empresarios de Biocombustibles y Energéticos de Colombia (Febecol), opinó acerca de las subas.
“Esta situación nos puede acarrear que lleguemos a fin del 2023 con valores cercanos a los $14.000 en el precio de la gasolina corriente. Creo que es un tema que se veía venir”, aseguró.
En este sentido, el referente relató: “El gobierno ya había manifestado esto, debido a que no existen recursos en el Fondo de Estabilización de Precios del Combustible (FEPC). El hueco que estaba dejando era muy alto”.
“Son alzas que se venían venir respecto al desmonte gradual de los subsidios.Ya se había comunicado que en los últimos 3 meses del año, el alza era de $200, pero para el año 2023 iba a ser mucho más”, describió.
Horas atrás y a través de un comunicado oficial desde la entidad que agremia a los Distribuidores de Combustibles y Energéticos – Fendipetróleo, se expresaron de forma negativa ante esta situación.
Advirtieron que el incremento afecta tanto a las ventas, como a la rentabilidad de las Estaciones de Servicio y según estimaron desde la organización, este punto representará costos entre 7 y 15 millones de pesos para el sector.
“Lo único que nos queda por hacer por parte de los distribuidores de combustibles, es adecuarnos a estas medidas de subas y mirar si posiblemente en los próximos meses hay alguna fluctuación en el precio del crudo y en el dólar, esto podría modificar estas fuertes alzas para el 2023 en materia de combustibles”, concluyó Jones.
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