En la actualidad, Bolivia atraviesa una crisis de escasez de combustibles que genera un impacto en su economía y en la vida cotidiana de los ciudadanos. La falta de diésel y gasolina provoca largas filas en las Estaciones de Servicio, con tiempos de espera que pueden extenderse por horas o incluso días en algunas regiones.
Esta situación se debe a la insuficiencia de divisas para importar los volúmenes necesarios, ya que el país depende en gran medida de la importación de estos productos.
El presidente de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, reconoció recientemente que no cuentan con los fondos suficientes para cubrir ni siquiera la mitad de la demanda habitual del país.
A ello se suma la caída de la producción interna de hidrocarburos, que agravó aún más la situación. Este escenario obligó al gobierno boliviano a adoptar medidas de racionamiento y reforzar los controles de abastecimiento.
En paralelo a esta crisis, el contrabando de combustibles hacia Perú se intensificó. Debido a que Bolivia subsidia el precio del diésel y la gasolina, el costo en el país es considerablemente menor en comparación con el mercado peruano.
Las autoridades locales identificaron que la localidad de Tilali, en Puno, es una de las principales rutas utilizadas por los contrabandistas. Según informes de seguridad, en esta zona operan mafias que trasladan diésel y gasolina en vehículos adaptados para ocultar los productos.
El impacto del contrabando no se limita solo a los combustibles. En los operativos recientes, las autoridades incautaron carne, maíz, aceite y ropa de procedencia ilegal. Se estima que el comercio ilícito en la frontera entre Bolivia y Perú genera pérdidas anuales de aproximadamente 600 millones de dólares.
En respuesta, las autoridades de ambos países intensificaron los operativos de control. Cabe mencionar que días atrás, se incautó un camión cisterna con 14 mil litros de diésel que no contaba con documentación legal, así como un volquete con 4 mil galones de gasolina escondidos bajo una carga de escombros.
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