La escasez de combustible en Bolivia dio lugar a la expansión de un mercado paralelo que invadió no sólo las carreteras sino también las redes sociales. Mientras tanto, las Estaciones de Servicio de dicho país enfrentan dificultades para abastecer a los conductores, los precios del diésel y la gasolina se han disparado, llegando a casi duplicar su valor oficial.
En plataformas como Facebook, los vendedores de combustibles ofrecen bidones de 20 litros a un precio cercano a los cinco bolivianos por litro, cuando el precio oficial de la gasolina y el diésel es de 3,72 y 3,74 bolivianos, respectivamente. Esta diferencia de casi el doble en el costo del combustible refleja la escasez que afecta al país desde hace varios meses, y que se ha intensificado en las últimas semanas debido a una combinación de factores económicos, logísticos y políticos.
En diálogo con Surtidores LATAM, César Gutiérrez Peña, analista del sector energético, atribuye esta crisis a un modelo insostenible de control estatal. “El costo del diésel y la gasolina en Bolivia ha sido históricamente subsidiado, con precios que representan la mitad de lo que se paga en mercados más libres, como Perú. Esto ha generado una falsa sensación de bienestar, financiada a expensas de la caja fiscal”, explicó.
A los subsidios se suma un tipo de cambio congelado durante 13 años, que, según Gutiérrez, ha creado incentivos negativos en la economía. “Este sistema favorece a los importadores que compran dólares a un precio subvaluado, pero penaliza a los exportadores, quienes buscan mecanismos para no ingresar sus divisas al país”, señaló.
Asimismo indicó que la situación se agrava por la disminución de las exportaciones de gas natural hacia Argentina y Brasil, mercados ahora abastecidos por fuentes locales como Vaca Muerta y la Bahía de Santos.
El resultado, según el referente es una “tormenta perfecta”: escasez de dólares, reservas internacionales bajas, incapacidad para importar combustibles y serias restricciones para mantener los subsidios.
“En las circunstancias descritas el precio de la gasolina y el diesel ha llegado hasta quintuplicarse respecto al valor regulado, lo que significa que están pagando 150% más que el verdadero precio de mercado. Todo ha sido consecuencia de un manejo irreal de la economía pensando que con precios controlados y subsidios generaban una sensación de bienestar duradero”, aseguró.
En esa línea agregó: “La salida va a ser traumática si se abren al mercado; las fuerzas sociales acostumbradas al apoyo ilimitado del Estado pueden traerse abajo un nuevo gobierno”.
Por último, el analista también señaló las implicaciones políticas de esta crisis, comparándola con la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada hace dos décadas. “En esa oportunidad el hoy partido de gobierno, el MAS, se trajo abajo a Goñi, hoy la realidad está llevando a la antesala de su caída capitaneada por Luis Arce, y teniendo nuevamente a Evo Morales de activista de oposición”, resumió Gutierrez Peña.
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