El país fue testigo de significativos cambios en su política energética durante los últimos tiempos bajo la presidencia de Gustavo Petro, quien asumió el cargo en agosto de 2022.
Sin embargo, estos han redefinido no solo la dirección de Colombia en términos de energía, sino que también han dejado una huella profunda en el sector de combustibles, afectando a empresarios y ciudadanos por igual.
Cabe recordar que durante el año 2023 también se experimentó un aumento mensual constante en el precio de la gasolina, generando impactos significativos en las Estaciones de Servicio. No solo se observó una merma en las ventas debido a la racionalización del consumo por parte de los usuarios, sino que también se tradujo en una disminución de la rentabilidad.
Al respecto, Surtidores LATAM conversó con Julián Cabeza Argote, economista y experto en distribución de combustibles quien dio un vistazo sobre la situación actual del sector minorista de combustibles.
“Teniendo en cuenta las políticas de control de precios que existen en el país, las variaciones en el precio no benefician al distribuidor minorista de combustible, no obstante, sí pueden aparecer externalidades como la percepción del consumidor final hacia la Estación de Servicio”, afirmó.
Asimismo indicó que la población en general desconoce cómo se determina el valor del combustible, y esta falta de comprensión puede generar percepciones erróneas. En ese sentido comentó que la responsabilidad del aumento de precios suele atribuirse directamente al empresario gasolinero, al refinador o, en ocasiones, al Gobierno Nacional.
Por último, el especialista comentó que a pesar de los aumentos de precios, se destaca que la sensibilidad de la demanda frente a la variación de los combustibles es casi inelástica.
En ese aspecto mencionó que sin embargo hay regiones específicas con mayor afectación al aumento de precios, lo que puede resultar en una baja. “Hay áreas con mayor sensibilidad a la suba que reducen parte de su consumo”, resumió Cabeza Argote.
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