Las Estaciones de Servicio en Argentina atraviesan un escenario de profunda transformación. Si bien históricamente fueron un pilar clave en el abastecimiento de combustibles, hoy enfrentan nuevos desafíos impulsados por la evolución del mercado energético y las dinámicas de la competencia. En este contexto, el 80 por ciento de los establecimientos están gestionados por empresas familiares, lo que genera una doble complejidad: la necesidad de adaptarse a los cambios del negocio y la cuestión de la continuidad generacional.
LA COMPLEJIDAD DEL CAMBIO GENERACIONAL
Según Sebastián Jukic, consultor y especialista en empresas familiares, uno de los grandes problemas que enfrentan estas empresas es la falta de preparación para la transición generacional. En Argentina, solo entre el 10 y el 15 por ciento de las empresas familiares logran ser gestionadas por una tercera generación. La mayoría de las veces, se cierran, se venden o desaparecen, debido a diversos factores como la falta de planificación, conflictos familiares o dificultades en la adaptación a los nuevos modelos de negocio.
En el caso de las estaciones, la situación se agrava por la transformación radical que atraviesa el sector. «Hoy ya no son solo puntos de despacho de combustible. El negocio está mutando hacia la venta de servicios y energías para distintos tipos de vehículos, e incluso para personas. Este cambio exige una visión renovada, pero muchas veces las familias no tienen un plan claro de sucesión o una estrategia para integrar a las nuevas generaciones«, explica Jukic.
En este contexto, la continuidad de las Estaciones de Servicio familiares depende de la capacidad de adaptarse a estos nuevos desafíos, que no solo están relacionados con la competencia, sino también con la forma de gestionar y organizar la empresa. Jukic destaca cinco problemas fundamentales que las empresas familiares deben abordar para asegurar su sostenibilidad:
La falta de un plan de sucesión: Uno de los mayores obstáculos es la ausencia de un plan claro sobre cómo se gestionará la transición entre generaciones. La falta de esta planificación puede llevar a la pérdida de control o a la disolución de la empresa cuando los fundadores decidan retirarse.
La remuneración de los trabajadores y familiares: En muchas empresas familiares, existe confusión o desacuerdo sobre cómo remunerar a los familiares que trabajan en la empresa. Es vital establecer sistemas de compensación que sean justos y competitivos, alineados con las realidades del mercado, para evitar conflictos internos que perjudiquen la operatividad del negocio.
La estructura organizativa: Es necesario diferenciar entre los roles de dirección, gestión y operación. Sin una estructura clara que separe estas funciones, el negocio corre el riesgo de volverse ineficiente. La capacidad de tomar decisiones estratégicas y operativas de manera independiente es clave para la sustentabilidad a largo plazo.
La separación de los flujos económicos: Las Estaciones de Servicio, como cualquier otro negocio, necesitan generar rentabilidad para reinvertir en su infraestructura, mejorar sus prestaciones y mantenerse competitivas. Sin embargo, en muchas ocasiones, los recursos se desvían hacia las necesidades económicas de la familia. Esto puede llevar a una falta de capital de trabajo cuando la empresa más lo necesita, poniendo en riesgo su crecimiento y expansión.
La visión a futuro: La falta de una visión clara sobre el futuro del negocio es otro factor que puede llevar a la desaparición de la empresa. En el caso de las Estaciones de Servicio, esto implica cuestionarse sobre la viabilidad de seguir dependiendo exclusivamente de la venta de combustibles. El modelo de negocio está cambiando, y aquellos operadores que no logren adaptarse a los nuevos requerimientos del mercado energético, como la venta de energías renovables o la electrificación del transporte, podrían quedar rezagados.
UNA TRANSFORMACIÓN NECESARIA
Jukic también subraya que el negocio de las estaciones de servicio está dejando atrás el modelo tradicional. “Hoy en día, las Estaciones de Servicio no son solo un punto de venta de combustible. Es un negocio mucho más profesionalizado, que requiere una excelente gestión y administración. Ya no se trata solo de una estación, sino de gestionar varias, con una operación eficiente, donde la rentabilidad es clave”, señala el especialista. Las empresas que no logren profesionalizarse en este sentido, enfrentando con responsabilidad estos desafíos, tendrán serias dificultades para competir en el futuro.
En este sentido, Jukic sugiere que las empresas familiares en el sector deben repensar su estructura y sus modelos de gestión para garantizar su supervivencia. “El modelo tradicional ya no es viable. Sus dueños deben aprender a ver su negocio como una empresa profesional, capaz de gestionar varias estaciones de manera eficiente, invirtiendo en innovación, adaptándose a nuevas tecnologías y buscando formas de diversificar sus fuentes de ingresos”, sostuvo.
Para debatir esta cuestión que involucra a la mayoría de los expendedores del país, Jukic brindará mañana un “Taller de Empresas Familiar”, que se desarrollará de manera virtual (link para inscribirse). “Ayudará a entender cómo generar un plan de sucesión, cómo separar la gestión de dirección y cómo involucrar a las siguientes generaciones”, puntualizó.
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