En los últimos tiempos, la inversión en Estaciones de Servicio en el país ha estado inclinada hacia las zonas de frontera, en lugar de las ciudades principales. Este enfoque ha suscitado interrogantes sobre por qué los inversionistas prefieren estas áreas a pesar de la evidente demanda de combustible en los puntos más grandes. 

Cabe remarcar que el gobierno ofrece subsidios en estas regiones, lo que hace que la inversión en las gasolineras sea más atractiva. Esta ayuda puede colaborar con los propietarios en reducir los costos operativos y aumentar sus márgenes de ganancia.

En este contexto, Surtidores LATAM conversó con David Jiménez Mejía, representante legal del fondo SOLDICOM, quien ha compartido sus perspectivas sobre la situación actual.

En medio de la volatilidad del mercado internacional del petróleo y las crecientes preocupaciones ambientales, los empresarios minoristas se encuentran en una encrucijada, tratando de equilibrar la rentabilidad de sus negocios con las demandas de una sociedad que busca una transición hacia fuentes de energía más sostenibles.

“Las Estaciones de Servicio cada vez presentan dificultades en materia de rentabilidad de nuestro sector y la falta de incentivos para invertir en el mismo”,aseguró el referente.

Asimismo indicó que para él, las gasolineras son como el termómetro de una economía local ya que atienden una demanda y se comportan muy parecido al producto interno bruto que es la demanda de combustible. “Donde haya movimiento siempre habrá interés en ofertar combustible”, afirmó.

En esa línea, Jiménez Mejía señaló que el número de Estaciones de Servicio construidas en el país no crece de manera significativa en las áreas donde debería ser comercialmente viable.

Según indicó, la mayor inversión se está realizando en las zonas de frontera donde el gobierno ofrece subsidios generosos. “No crecen en ciudades principales en lugares donde uno diría que debería haber más Estaciones de Servicio porque no es rentable bajo las condiciones actuales del gobierno. El dueño, el inversionista prefiere invertir en otro proyecto distinto porque no resulta ser un atractivo”, resumió Mejía.