En el corazón de la lucha contra el cambio climático, Latinoamérica emerge como una región clave para la implementación de alternativas energéticas sostenibles. En este contexto, los biocombustibles se posicionan como una solución prometedora para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
En este sentido, Galo Galeana, coordinador de Biomovilidad, en conversación con Surtidores Latam, resaltó la importancia estratégica de esta transición energética. El mismo enfatizó en que la adopción de biocombustibles no solo contribuye a reducir el carbono negro y gases contaminantes, sino que también allana el camino hacia la meta de neutralidad de carbono para el año 2050.
“Se estima que esta medida podría evitar casi mil millones de toneladas de CO2 equivalente”, subrayó aclarando que el transporte, un sector fundamental en la economía latinoamericana, representa aproximadamente el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
Es aquí donde la inclusión de biocombustibles desempeña un papel crucial. Galeana destacó que esta alternativa no solo ofrece una reducción considerable, sino que también diversifica el panorama tecnológico, allanando el camino hacia una movilidad más sostenible.
En el caso específico de México, el especialista comentó la necesidad de explorar diversas alternativas energéticas, especialmente en el sector de refinerías de hidrocarburos. “Ante la gradual disminución de la demanda de gasolina, es imperativo diversificar hacia combustibles alternativos. Los biocombustibles emergen como una opción viable y sostenible”, relató.
La estrategia de electrificación y la movilidad eléctrica también figuran en el horizonte de Latinoamérica. Sin embargo, el uso del bioetanol se presenta como una solución puente, ya que países como Brasil ya han adoptado vehículos flex-fuel, combinando carburantes orgánicos con tecnología eléctrica para reducir significativamente las emisiones de CO2 por kilómetro recorrido.
Además de los beneficios ambientales, los biocombustibles ofrecen oportunidades económicas y sociales. “En el marco de la economía circular, la producción de biocombustibles a partir de recursos renovables, como el bagazo de caña, no solo reduce las emisiones, sino que también genera empleo y fomenta la agricultura sostenible. La producción de biofertilizantes y biogás a partir de residuos orgánicos complementa esta visión holística de la sostenibilidad”, sostuvo Galeana.
Según el experto el compromiso con la conservación del medio ambiente también se refleja en la protección de ecosistemas clave, como los manglares y los pastos submarinos, que actúan como importantes sumideros de carbono. En este sentido, los biocombustibles representan una herramienta versátil para la mitigación del cambio climático y la promoción de la biodiversidad.
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