En su discurso durante el evento convocado por el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, el mandatario expuso que en la ciudad de Medellín ya no se podrá comercializar automóviles a gasolina a partir del año 2035 con el objetivo de reducir los gases de efecto invernadero que son los causantes del calentamiento global.
David Jiménez Mejía, presidente de la Confederación de Distribuidores Minoristas de Combustibles y Energéticos de Colombia (COMCE), dialogó con Surtidores Latam sobre la medida: “La noticia del alcalde de Medellín tomó por sorpresa a todos. No solo a los habitantes de la ciudad sino a todo el sector económico de la región. Hablamos de una decisión que afectará a toda la economía local y que exige afrontar importantes retos en una ventana de tiempo muy corta”.
“Los alcaldes tenemos la potestad de restringir la circulación de vehículos en nuestro territorio, hoy ya lo hacemos de forma particular, los carros eléctricos no tienen pico y placa, mientras que los carros a gasolina hoy precisamente tienen restricciones de movilidad. Lo que va a pasar es que a partir de 2035 todo carro nuevo, que no sea eléctrico, va a tener una restricción permanente de circulación”, anunció el alcalde Quintero.
En ese sentido, Jiménez Mejía comentó: “Más allá de la discusión legal de si el alcalde puede o no prohibir la venta de vehículos a gasolina, que no es menor, porque esta prohibición exige una Ley en la que pueda sustentarse y a la fecha, no existe, hay pensar en las implicaciones de una decisión del alcalde que, en gracia de discusión, se pudiese mantener y honrar en el tiempo”.
Además, explicó que la iniciativa de Daniel Quintero parte de una premisa imprecisa que es afirmar que el 82 por ciento de las emisiones GEI corresponden a fuentes móviles (es decir vehículos). “Si bien esto es cierto, es necesario precisar que de estas fuentes móviles los automóviles sólo representan el 2,7% de las emisiones y el grueso se concentra en las volquetas, camiones, tracto camiones y buses que representan un 75,5% del total de emisiones en la región”, admitió.
Por otro lado, Jiménez Mejía explicó que una decisión de esta magnitud exige una transición tecnológica a gran escala y disruptiva que debe ser coherente con el escenario global o similar a nivel país.
“¿Cómo pensar exigir por decreto, y en menos de 10 años, una transición tecnológica y energética que se estima debe ser progresiva y a largo plazo?”, se preguntó.
Según explicó Jiménez Mejía, de acuerdo con escenarios de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), los combustibles fósiles seguirán representando más del 50 por ciento de la canasta energética mundial a 2050 y en Colombia, se estima que la demanda creciente de gasolina estará entre un 1 y un 3 por ciento anual según el crecimiento económico del país.
En la actualidad, el sector de distribución minorista de combustibles abastece de energía a más de 17 millones de vehículos que circulan en todo el territorio colombiano. “Lo hacemos con un producto que representa más del 95 por ciento de la canasta energética nacional respecto a la energía que se requiere para garantizar la movilidad en nuestro territorio nacional”, enfatizó.
“Si cambia la tecnología, por supuesto que estaremos dispuestos a la transformación de nuestro sector. Pero consideramos que esta transformación debe ser responsable y con una visión de largo plazo”, finalizó David Jiménez Mejía.
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