Días atrás el senado rechazó un proyecto de ley que consistía en reducir el precio del combustible con fondos de Petropar. Tras esto, la empresa estatal accionó de igual manera pero de forma autónoma reduciendo el precio de la nafta y el diesel en siete de sus estaciones.
Esto generó tanto alivio para un sector de la sociedad, como también descontento para los empresarios del sector. Desde la Asociación de Propietarios y Operadores de Estaciones de Servicios y Afines (APESA) comunicaron su desacuerdo con la medida de Petróleos Paraguayos ante el abaratamiento de dos de sus productos.
Son más de 2.500 las expendedoras que funcionan dentro del territorio nacional, por lo que solo un 0,3% de ellas tendría este beneficio, dejando en desventaja al resto de las distribuidoras del rubro. Es por esto que se acusa a Petropar de abusar de su posición como distribuidora y empresa pública.
Además varios diputados critican las decisiones de Denis Lichi en su dirección y gestión en Petropar, pidiendo así su destitución por falta de veracidad.
A su vez, Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay, respalda las decisiones de Lichi y desde el 13 de julio, fijó la ganancia de la venta del diesel tipo III, estableciendo así un precio referencial de G. 5890 por litro. A esto se le suma que el precio de la venta en el mercado es mayor, y la ganancia del sector es menor.
También desde el gremio de camioneros expresan que están intentando negociar con la gestión pública las movilizaciones ya programadas, buscando una solución, ya que el descuento de G. 600 en unas pocas estaciones no alcanzan.
En este contexto también se ve amenazado el tránsito del fin de semana en los Juegos Odesur, por las posibles protestas.
Mientras todo esto sucede las estaciones de la empresa estatal se encuentran repletas de autos y diferentes vehículos en busca de un combustible más económico.
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