En medio de la transición hacia una movilidad más sostenible, uno de los mayores desafíos es la expansión efectiva de la infraestructura de carga para vehículos eléctricos.

Acerca del tema, Surtidores LATAM dialogó con César Alfredo Peña Ramos, Consultor en Generación de Sistemas Eléctricos Aislados, Energías Renovables, Regulación Tarifaria, Electromovilidad e Hidrógeno Verde.

“Actualmente observamos una creciente necesidad de infraestructura de carga para satisfacer la demanda de energía para la carga de vehículos eléctricos, entonces para financiar y hacer viable este tipo de proyectos es indispensable realizar evaluaciones técnicas, económicas y financieras, evaluar escenarios y hacer un análisis de sensibilidad de las variables”, mencionó el especialista.

Al respecto enumeró algunas consideraciones para dichas evaluaciones:

• El financiamiento público es limitado, por lo que asignar un presupuesto significativo a la infraestructura de carga de vehículos eléctricos no siempre será una prioridad para el Estado.
• Existe un creciente interés en alternativas sostenibles, sin embargo, algunos inversores todavía dudan sobre la rentabilidad de los proyectos de infraestructura de carga.
• Los modelos de ingresos para los proyectos de infraestructura de carga no están bien establecidos, esto puede disuadir a los potenciales inversores.
• Establecer una red de carga a nivel nacional o incluso regional requiere un capital significativo y una planificación compleja. La naturaleza a gran escala de estos proyectos se puede convertir en una barrera para los potenciales inversores debido a la falta de claridad en los flujos de ingresos.
• La construcción de estaciones de carga rápida (cc), implica importantes costos iniciales principalmente en obras civiles, equipos, permisos y tarifas de conexión a la red.
• Los ingresos de las estaciones de carga son relativamente limitados, ya que los operadores suelen recurrir a modelos de pago por uso o basados ​​en suscripción, lo que puede llevar tiempo generar retornos sustanciales.
• La operación de estos puntos conlleva gastos continuos de mantenimiento y electricidad que pueden afectar la rentabilidad general de la infraestructura.

“Para satisfacer esta creciente demanda, es fundamental superar las barreras económicas y financieras que ralentizan la expansión de las redes de carga de vehículos eléctricos”, resumió Peña Ramos.