Todos los programas de gobierno de cara a las internas de junio no han establecido mayores restricciones a la importación

Uruguay.
6 May, 2024
El cuello de botella: altos impuestos sobre los refinados ¿Qué cambiaría en el mercado uruguayo si se aprueba la libre importación de combustibles?
Uruguay enfrenta la dicotomía si mantener el monopolio de ANCAP o ponerla a competir contra los “grandes” del negocio del petróleo mundial.

La inclusión en el programa de gobierno de Álvaro Delgado de la mención a la libre importación de combustibles, presentado el pasado jueves, conjuntamente con otras ideas similares de su correligionaria Lara Raffo o Gabriel Gurméndez en el Partido Colorado, abren un capítulo nuevo para Uruguay, que en caso de concretarse, modificarían sustancialmente el mercado.

La teoría de quienes impulsan esta medida, al igual que la desmonopolización (ANCAP pierde el monopolio público), se basa en que la liberalización de los refinados está asociada a la supuesta baja de los precios de los combustibles en el territorio nacional.

Surtidores preparó una serie de comparativos entre la actual política y la que se propone.

COMPRA DE COMBUSTIBLE

  1. Actualmente –salvo excepciones como la parada de la refinería- es ANCAP quien le vende todos los productos a las distribuidoras (AXION, DISA y DUCSA), al mismo precio, que luego en sus camiones cisterna entrega a las estaciones de su bandera.

El combustible llega a cada establecimiento del país al mismo precio mayorista al que luego se le agrega el margen del estacionero para conformar el PVP que es el mismo en todo el territorio nacional.

  1. La mecánica de libre importación, termina con la obligatoriedad de comprar los refinados a ANCAP, pudiendo cada distribuidora o grupo de afinidad comercial (podría ser un conjunto de empresarios estacioneros) adquirir el combustible en forma directa a través de “brokers” (empresas intermediadoras entre las refinerías y las distribuidoras).

Esta operación permitiría por ejemplo que cada sello procediera con su propia importación al mejor precio que consiga con los brokers, aunque esta dinámica no asegura que el “Precio Intermedio” del combustible pueda ser menor que el actual adquirido a ANCAP.

Debe quedar claro que la libre importación, conllevaría a un mercado de oferta y demanda, en el que el PVP quedaría librado a cada distribuidora.

IMPUESTOS

  1. De acuerdo a las leyes de la ROU, las gasolinas se ven gravadas con dos impuestos: IMESI y CO2 (además de algunas tasas menores).

La suma de ambos gravámenes mayoritarios incide en un 20,91 por ciento y 16.98 por ciento, respectivamente en el PVP (unos 34 pesos por litro entre los dos impuestos).

Otro panorama ofrece el gas oil que se vende con un IVA de un 14.38 por ciento, y al que se le grava el fideicomiso al boleto capitalino de casi 5 pesos por litro.

  1. El régimen de libre importación, no exonera a las gasolinas de los dos impuestos, ni al gas oil del IVA o del fideicomiso, que deberán ser agregados al costo que cada distribuidora haya negociado con los brokers, e incluidos en el PVP, lo que naturalmente tira por tierra cualquier anuncio abrupto de baja de precios.

¿ANCAP PODRÁ COMPETIR?

  1. Naturalmente con la actual legislación el ente petrolero estatal, mantiene un status de privilegio en la cadena, con el monopolio de los combustibles, situación que cambiaría drásticamente ante un escenario de libre importación.

Precisamente este último modelo de negocio, habilitaría que todos los productos entraran en un espiral de oferta y demanda, lo que podría ocasionar que los productos refinados por ANCAP (que pasaría a ser una especie de “broker” más) se comercializaran por encima del “precio mayorista” cerrado por las distribuidoras con los agentes intermediarios internacionales.

En este caso resultaría lógico que los sellos optaran por adquirir los productos a aquéllos agentes intermediaros internacionales que  les ofrecieran mejores márgenes de ganancia o que les permitieran ofrecer un PVP competitivo en las estaciones de su bandera, en franca y legítima competencia, como ocurre en Brasil o Argentina.

¿QUIÉNES PUEDEN IMPORTAR?

Todos los programas de gobierno de cara  a las internas de junio que incluyen este régimen, no han establecido mayores restricciones a la importación, aunque en algunas propuestas, además de los canales tradicionales (distribuidoras), no se descartan “grupos de empresarios estacioneros” que podrían juntarse e importar el refinado para sus propios establecimientos. En este caso pensando en transporte fronterizo vía camiones cisterna (más baratos que el flete en barco).

Esta modalidad no está clara porque si bien se ha constatado en otras partes del mundo, no es usual que el operador de un determinado sello obvie su canal de distribución “propietario” adquiriendo el combustible a otra compañía, inclusive si esto ocurriera, podría ser causal de rescisión del contrato entre ambos.

Otro escenario es el que muestran las estaciones de bandera blanca, sin un sello, en cuyo caso están liberadas a adquirir el combustible a la distribuidora que deseen, pero en Uruguay este sistema de negocio no está habilitado, por lo que se descarta.

DIFERENCIA DE PRECIO DE ACUERDO A LA DISTANCIA

  1. Con el actual régimen y cuando aún no ha entrado en vigencia el nuevo reglamento de URSEA, el flete (transporte de combustible) no tiene mayores diferencias dentro del territorio nacional, lo que hace que un litro de Nafta Super 95 cueste lo mismo en la capital que en el departamento de Artigas, distante 600 kms. de Montevideo.
  2. Esta particularidad que mantiene la simetría y la estabilidad de los precios en Uruguay, cambiaría ante la libre importación, en la medida que ANCAP ya no se haría más cargo de los fletes, cuyo gravamen sobre el producto transportado, ya que dentro del mismo status de “oferta y demanda”, este costo asociado, pasaría a incidir directamente en la ecuación del costo del combustible, en forma proporcional a la distancia (cuanto más lejos, mayor PVP).

Con el panorama planteado, nadie puede asegurar que los precios de los combustibles bajen o se mantengan, porque ello se podría ver una vez que el sistema de libre importación se implementara, pero lo que sí se puede concluir, es que cualquier diferencia de un modelo u otro, siempre contará con un régimen de impuestos, tasas y fideicomisos, sobre los combustibles uruguayos, que se ubican entre los más altos del mundo.

Etiquetas de la nota: combustibles

1 Comentario

  1. Daniel Cabrera

    El libre mercado sólo impulsa a la eficiencia. ANCAP es una empresa capaz de competir, estoy de acuerdo con abrir importaciones.
    Saludos

    Responder

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