En distintos países de Latinoamérica, la movilidad eléctrica empieza a ganar terreno como una alternativa viable frente a los combustibles fósiles. En ese sentido, muchos propietarios y administradores del sector de Estaciones de Servicio, se preguntan si instalar puntos de carga para vehículos eléctricos es una inversión rentable o una carga económica difícil de asumir.
Al respecto, Surtidores LATAM, dialogó con César Alfredo Peña Ramos, Consultor en Generación de Sistemas Aislados, Energías Renovables, Electromovilidad e Hidrógeno Verde.
Para el referente, la respuesta es clara: la transición hacia la electromovilidad representa una oportunidad económica más que un riesgo. Desde su experiencia, aseguró que implementar puntos de carga puede generar impactos económicos positivos que podrían redefinir el modelo de negocio tradicional de las Estaciones de Servicio.
“El primer beneficio es el aumento de ingresos, porque se abre la puerta a un nuevo segmento de clientes: los usuarios de vehículos eléctricos, que hoy no tienen suficientes opciones para cargar sus autos”, señaló Peña Ramos.
“Además, quienes cargan sus vehículos suelen permanecer más tiempo en el lugar, lo que genera oportunidades adicionales de consumo en tiendas o servicios complementarios”, comentó.
Otro aspecto importante es la diversificación del portfolio. Para el especialista, depender exclusivamente de la venta de gasolina o diésel es cada vez más riesgoso frente a las metas globales de descarbonización. “Agregar infraestructura de carga eléctrica permite a las estaciones adaptarse al futuro del transporte y posicionarse como actores innovadores en la transición energética”, aseguró.
A esto se suma el valor de una imagen corporativa alineada con la sostenibilidad. “Hoy, ser percibido como una empresa responsable con el medio ambiente no solo mejora la reputación, sino que también fideliza a los consumidores más conscientes”, afirmó el consultor.
Sin embargo, reconoció que la transición no está exenta de desafíos. “Es importante planificar bien la inversión, evaluar la demanda potencial en cada zona y capacitar al personal. No se trata solo de instalar un cargador, sino de generar un ecosistema funcional y rentable alrededor de la electromovilidad”, finalizó Peña Ramos.
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