La interconexión a nivel mundial, ha hecho que el precio de los combustibles se convierta en un barómetro para comparar la vida cotidiana de millones de personas. En este sentido, aunque Estados Unidos y México comparten una extensa frontera, las políticas fiscales y económicas que afectan el costo de la gasolina y el diésel en ambos países difieren sustancialmente. 

En un reciente análisis de PetroIntelligence, se revela que la brecha entre los precios en México y Estados Unidos ha comenzado a reducirse, aunque las razones detrás de esta tendencia están profundamente arraigadas en factores geopolíticos.

Alejandro Montufar, CEO de la consultora, detalló a Surtidores Latam, el comportamiento de los precios y explicó que mientras en México las tarifas tienden a ser más estables, aunque en Estados Unidos las fluctuaciones son mucho más evidentes. «La dinámica es distinta en cada país. En México, se observa una tendencia menos volátil debido a la intervención del gobierno a través de mecanismos fiscales, como los estímulos al IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios)», comentó.

No obstante, la estabilidad en los precios mexicanos no está exenta de aumentos. Montufar subrayó que «hay un ligero crecimiento alineado a la inflación». Sin embargo, el incremento es inferior al índice inflacionario general, lo cual mitiga el impacto en los bolsillos de los consumidores, no deja de ser un factor a considerar. 

En contraste, en Estados Unidos los valores están mucho más alineados con las variantes del mercado internacional. «En las últimas semanas y meses, los costos han sido más inestables debido a las guerras y desacuerdos políticos», añadió. 

Uno de los aspectos fundamentales que explican esta diferencia en los combustibles entre México y Estados Unidos es la carga impositiva. En México, alrededor del 40% del precio de cada litro de gasolina corresponde a impuestos, en su mayoría el IEPS y el IVA. Esta significativa carga fiscal es un factor clave que mantiene elevadas las tarifas para los consumidores mexicanos, independientemente de lo que valga el petróleo en los mercados internacionales.

En contraste, en Estados Unidos los impuestos sobre los combustibles representan aproximadamente el 15% del costo total de cada litro, aunque este porcentaje puede variar considerablemente entre estados. California, por ejemplo, impone una tasa que es el doble del promedio nacional, lo que eleva considerablemente el precio de la gasolina en comparación con otros distritos.

Según Montúfar, es probable que estas diferencias entre México y Estados Unidos continúen fluctuando debido a las tensiones globales. Sin embargo, la intervención gubernamental en México parece estar logrando su cometido de suavizar los impactos más severos para los consumidores, aunque esto conlleve un elevado costo en términos de impuestos.