La tendencia internacional del precio del petróleo volvió a marcar el ritmo del mercado argentino. Según el Informe Nº226 del Estudio Montamat & Asociados, la baja global del crudo tiene “dos caras” para el país: por un lado, contribuye a que los precios locales no sufran presiones alcistas y a que los combustibles converjan con sus referencias internacionales; por el otro, la expectativa de un barril por debajo de los 55 dólares hacia 2026 puede comprometer la viabilidad de proyectos marginales o de desarrollo más costoso. En este escenario, el país enfrenta el desafío de sostener inversiones estratégicas sin perder competitividad.

En diálogo con Surtidores, Daniel Montamat remarcó la magnitud del cambio internacional: “Siguen cayendo los precios de referencia del petróleo internacional en el mundo. Es interesante tenerlo en cuenta porque Argentina es ahora un país netamente exportador de crudo, recibe, toma esas referencias del mercado internacional y eso incide en las decisiones de inversión en el mercado interno”. El exsecretario de Energía destacó que la producción nacional alcanzó niveles extraordinarios: “Los volúmenes de crecimiento productivo, sobre todo por Vaca Muerta, han sido récord y hemos superado este año las producciones de 1998: 859 mil barriles día contra 848 mil de aquella época”.

El informe muestra que, con un barril internacional más bajo, se profundizó la convergencia entre el mercado interno y los precios teóricos de importación. En el caso de la nafta súper, la paridad se ubicó en los 1.600 pesos por litro, quedando por primera vez desde enero exactamente en línea con el valor promedio local. Esta coincidencia es una señal de que, al menos en este segmento, el mercado argentino recuperó una alineación que venía distorsionada en los últimos meses.

La situación cambia cuando se analiza la nafta premium, que se mantiene un 12 por ciento por encima de su paridad de importación, según el Informe. Esta diferencia indica que, pese a la baja del crudo, algunos productos continúan con precios que superan el valor de referencia internacional, lo que podría obligar a un reacomodamiento futuro si la tendencia descendente del barril continúa, especialmente en un contexto donde los consumidores ajustan cada vez más sus decisiones.

El gasoil muestra una relación distinta. Durante noviembre, el grado 2, con un promedio de 1.665 pesos por litro —aunque con valores más altos en zonas del interior— quedó un 9 por ciento por debajo de la paridad de importación. La versión premium presentó una brecha también negativa, del 2 por ciento. Esta competitividad con respecto al precio teórico de importar el producto permite interpretar que el mercado del gasoil está mejor alineado con los valores internacionales que el segmento de las naftas premium.

El exsecretario de Energía subrayó además,  que la baja del crudo también impactó en los combustibles locales a través del tipo de cambio: “La baja del precio internacional del petróleo permitió compensar en los meses de inestabilidad cambiaria la suba del dólar respecto al peso”. En este contexto, señaló que los aumentos estuvieron acotados: “Los ajustes han sido entre el 3 y el 4 por ciento en octubre y en lo que va de noviembre”.

Pero la advertencia central del informe apunta a la sostenibilidad del desarrollo interno frente a un barril debilitado. Un precio de referencia por debajo de los 55 dólares —como proyectan los mercados para 2026— presiona las estructuras de costos y obliga a repensar la viabilidad de yacimientos más difíciles. Allí aparece el mensaje más directo: “No es tan buena noticia para el desarrollo intensivo del petróleo en Vaca Muerta, salvo que sigan trabajando en bajar los costos para mantener rentabilidades que permitan este desarrollo intensivo”, concluyó Montamat.