La importancia de los países fronterizos en este entramado logístico es central. Arica, en Chile, sigue siendo el principal punto de ingreso de combustibles, pero actualmente solo se cargan allí unas 80 cisternas por día. Paraguay y Argentina aportan otras 100 cisternas cada uno, convirtiéndose en socios estratégicos del abastecimiento. Perú también figura en la lista, aunque su participación ha disminuido por la apreciación del sol frente al boliviano, lo que encarece la importación. Brasil, en cambio, tiene una presencia menor en esta red.
En este sentido, el presidente de la Federación de Cisternistas del Oriente del país, Maikoll Montaño, confirmó que se han instalado mesas de trabajo con YPFB para renegociar los fletes de transporte, exigencia que tomó fuerza la semana pasada luego de que el sector alertó con paralizar el traslado de combustibles si no se reconocía la cotización del dólar paralelo. “Nuestros costos han subido porque el 60% de nuestras operaciones dependen de monedas extranjeras, y todas están regidas por el dólar paralelo en frontera”, explicó. El restante 40% corresponde a gastos en moneda boliviana.
Desde la perspectiva de los transportistas, la situación se ha tornado insostenible: en los puntos de carga pasando las fronteras, los costos están directamente vinculados a una cotización no oficial que afecta la rentabilidad del sector. Por eso, piden que YPFB reconozca este desfase, ya sea pagando los fletes conforme al dólar paralelo o directamente en divisa extranjera, lo cual reconocen como una alternativa “muy complicada” de implementar. Aun así, Montaño destacó que hubo avances importantes, como la promesa de acortar los plazos de pago, que antes podían extenderse hasta cuatro meses.
En cifras, Bolivia necesita al menos 400 cisternas diarias para garantizar un flujo constante que evite las colas en los surtidores. Montaño sostuvo que este objetivo es alcanzable siempre que haya continuidad en las operaciones y se cargue en todas las plantas disponibles en el exterior. “No hay mucho misterio. Si se nos permite cargar como antes, las colas desaparecen”, afirmó.
Mientras tanto, desde la vereda oficial, YPFB confirmó que ha acelerado las gestiones internacionales para importar combustibles desde países vecinos. Según Marcos Durán, director de Comercialización e Importación de Hidrocarburos, se tienen previstas 1.447 cisternas con 47,7 millones de litros de diésel y otras 849 cisternas con 28 millones de litros de gasolina. Estas operaciones se complementan con la descarga inminente de tres buques que esperan en Arica, con más de 100 millones de litros adicionales.
Sin embargo, el puerto chileno, enfrenta una parálisis desde el 21 de abril, debido a condiciones climáticas adversas. Seis buques con 172 millones de litros permanecen fondeados, a la espera de una ventana de descarga. Joel Callaú, gerente general de YPFB, informó que se han redirigido algunos envíos hacia Mollendo, en Perú, en un intento por sortear los obstáculos marítimos y mantener activo el abastecimiento. “Las condiciones en Arica se actualizan hasta cuatro veces al día. Estamos en monitoreo permanente”, aseguró.
En este contexto, YPFB también intensifico los despachos a nivel nacional. El último fin de semana, la empresa despachó más de siete millones de litros en un solo día. Esta red de importación, que une por tierra y mar a Bolivia con Argentina, Paraguay, Chile, y Perú, muestra cómo el abastecimiento se sostiene gracias a un entramado de cooperación y urgencia regional. Las decisiones sobre puertos, aduanas y monedas extranjeras fuera de sus fronteras influyen directamente en la disponibilidad de carburantes dentro del país.
0 comentarios