arboles para producción de biomasa para biocombustible
Colombia.
11 Abr, 2025
Análisis. Dependencia de la palma: ¿el talón de Aquiles de los biocombustibles en el país?
Factores climáticos, cultivos limitados y falta de diversificación retrasan el desarrollo masivo de energías sostenibles en el país.

En un contexto global que exige acciones frente al cambio climático y la sostenibilidad energética, Colombia se enfrenta al desafío de consolidar una matriz energética más limpia y diversificada. Los biocombustibles, considerados una de las alternativas más viables para reducir las emisiones contaminantes, llevan años formando parte de la mezcla energética del país. Sin embargo, su implementación masiva aún enfrenta obstáculos estructurales, climáticos y productivos.

Así lo advirtió en diálogo con Surtidores LATAM, Andrea Marcela Cabrejo, Gerente de Gestión Estratégica y de Negocios de Dispetrocom, empresa que distribuye combustibles líquidos a lo largo del territorio nacional.

Sí vemos que el país y el mundo tienen la necesidad de desarrollar masivamente biocombustibles”, afirmó, remarcando que no se trata solo de una tendencia tecnológica, sino de una exigencia ambiental y económica que involucra a todos los actores del sector energético.

Colombia cuenta con una regulación que fomenta la mezcla de biocombustibles con combustibles fósiles desde hace aproximadamente dos décadas. “Hemos empezado a implementar esta mezcla de biomasa con origen fósil, pero dependemos de muchos factores”, señaló Cabrejo, haciendo referencia a la vulnerabilidad del país ante fenómenos climáticos como El Niño y La Niña, que afectan directamente la producción agrícola de la cual depende buena parte del suministro de biocombustibles.

Uno de los principales puntos críticos identificados por la experta en el sector es la dependencia de un único cultivo: la palma aceitera. Este monocultivo es actualmente la principal fuente para la producción de biodiésel que se mezcla con el ACPM o diésel fósil.

Estamos enfrentando grandes problemáticas frente al desarrollo como monocultivo que se hizo alrededor”, explicó. Asimismo, añadió que esta situación no sólo es riesgosa desde el punto de vista ambiental, sino también para la seguridad energética del país.

Cabrejo propuso avanzar hacia una diversificación de fuentes, apuntando incluso hacia biocombustibles de cuarta generación. “Tenemos que desarrollar más biocombustibles con una matriz energética mucho más diversificada, a través de fuentes primarias, secundarias, terciarias y de cuarta generación incluso, para garantizar que haya esa disponibilidad en el mercado”, sostuvo.

Desde la experiencia de Dispetrocom, cuya actividad se basa en la distribución de combustibles líquidos, la gerente destacó que actualmente el mercado se basa en una mezcla de aproximadamente 90% de derivados del petróleo y un 10% de biomasa. Sin embargo, el objetivo a mediano y largo plazo es aumentar progresivamente el componente de origen renovable en esa mezcla. “La idea es que con el paso del tiempo y el desarrollo de estas tecnologías, cada vez la mezcla sea mayor y podamos generar menos emisiones atmosféricas”, mencionó.

La ejecutiva también prevé que, aunque las maquinarias y equipos del país seguirán utilizando combustibles líquidos en el futuro, estos deberían ser progresivamente sustituidos por combustibles provenientes de la biomasa. “Es un reto general”, concluyó Cabrejo.

 

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