Paraguay.
24 Feb, 2025
Biocombustible El petróleo agrícola de Paraguay: la revolución energética que no puede esperar
El crecimiento de la demanda eléctrica y las tensiones globales ponen en jaque la independencia energética de Paraguay. Los biocombustibles pueden ser la solución para un futuro autónomo y sustentable, pero solo si se toma la decisión correcta.

Paraguay enfrenta un momento bisagra en su historia energética. Durante décadas, el país ha sido reconocido por su capacidad de generar y exportar energía eléctrica, gracias a sus imponentes hidroeléctricas binacionales, Itaipú y Yacyretá. Sin embargo, el crecimiento acelerado de la demanda interna plantea un escenario complejo que podría poner en riesgo la soberanía energética de la nación.

El auge industrial, el incremento del consumo y la llegada de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y los vehículos eléctricos han generado un aumento en la demanda eléctrica sin precedentes. En conversación con Surtidores Latam, Massimiliano Corsi, presidente de la Cámara Paraguaya de Biocombustibles y Energías Renovables (BIOCAP), advirtió que, de no tomarse medidas adecuadas, Paraguay podría pasar de ser un exportador a un importador de energía, con todas las implicaciones que esto conlleva.

“Nos encontramos en un punto de inflexión. Si no planificamos nuestra matriz energética con inteligencia y previsión, el país podría perder su ventaja estratégica y enfrentar un futuro incierto en materia de abastecimiento energético”, señaló Corsi.

Ante este desafío, Corsi enfatizó en la importancia de aprovechar los recursos naturales con los que ya cuenta el país. La industria de los biocombustibles, con el biodiésel y el etanol a la cabeza, representa una solución viable para equilibrar la matriz energética y reducir la dependencia de la electricidad, especialmente en sectores donde la electrificación no es una opción inmediata, como el transporte pesado.

“Los biocarburantes, producidos a partir del agronegocio, pueden ser la respuesta que necesitamos para garantizar el abastecimiento del sector, pieza fundamental para la competitividad de Paraguay. Mientras la electricidad se orienta al consumo doméstico e industrial, los biocombustibles pueden brindar una solución eficiente y sustentable al sector logístico y de carga”, explica Corsi.

Más allá del crecimiento de la demanda interna, el panorama internacional también impone nuevos desafíos. Las tensiones comerciales, el proteccionismo creciente y las barreras arancelarias de mercados como Estados Unidos han impactado las cadenas de suministro y encarecido la importación de energía y combustibles. En este contexto, Paraguay no puede permitirse una actitud pasiva.

“La independencia energética no es un lujo, sino una necesidad. Es fundamental que impulsemos con determinación la producción de biocombustibles y consolidemos políticas de Estado firmes”, sostuvo el presidente de BIOCAP.

Corsi ve en la producción de bioetanol una posibilidad de crecimiento económico y liderazgo regional. Destaca que Paraguay posee el potencial para convertirse en un referente sudamericano en energías renovables, siempre que haya voluntad política y un compromiso real con el desarrollo sustentable.

“Es momento de apostar por nuestro ‘petróleo agrícola’. Al fortalecer la cadena productiva de biocombustibles, no solo garantizamos nuestra seguridad energética, sino que también promovemos un modelo de crecimiento sustentable y autónomo para el país”, enfatizó.

El tiempo apremia. Paraguay está ante una decisión crucial: prepararse para un futuro energéticamente estable o depender de factores externos que pueden comprometer su desarrollo. Ante esto, Corsi concluyó: “la soberanía energética no se regala, se construye. La decisión debe tomarse hoy”.

 

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