En un contexto donde la transición hacia la movilidad eléctrica avanza a pasos agigantados, las Estaciones de Servicio en Latinoamérica enfrentan un panorama de cambio y oportunidad. Víctor Garduño Deméneghi, experto del sector, ofreció a Surtidores Latam una perspectiva optimista sobre cómo la creciente demanda de vehículos eléctricos y la automatización están transformando estas infraestructuras tradicionales.
Contrario a lo que podría pensarse, la proliferación de la electromovilidad no supone una amenaza para las estaciones de servicio convencionales, sino una valiosa oportunidad. Garduño Deméneghi subrayó que la integración de puntos de carga no solo diversifica la oferta, sino que también atrae a un nuevo segmento de clientes.
«Más que afectar, realmente estamos viendo esto como un beneficio y una oportunidad de inversión para todo el sector», afirmó Garduño. Las gasolineras tienen la posibilidad de captar este nicho de mercado mediante la instalación de cargadores rápidos y la oferta de servicios adicionales como restaurantes y tiendas de conveniencia.
«El objetivo no es solo llenar la batería del vehículo eléctrico, sino fidelizar al cliente a través de una experiencia satisfactoria. Si el usuario se siente consentido al momento de hacer la compra, ya sea en un restaurante o una tienda de conveniencia, y le regalan autonomía en lealtad, el mismo queda muy satisfecho», explicó.
Otro aspecto crucial en la modernización es la automatización de sus procesos operativos. Garduño Deméneghi destacó que la tecnología juega un papel vital en la mejora de la eficiencia, permitiendo una operación más fluida.
«Cada día hay menor necesidad de contar con un número grande de personas en la estación de servicio, ya que los sistemas funcionan solos», señaló. Asimismo, la toma de inventario de tanques y aceites, así como la recaudación al cierre de cada turno, son ahora tareas gestionadas por sistemas inteligentes que simplifican enormemente el trabajo del personal.
«Anteriormente, todo se hacía en papel y con una libreta. Actualmente, el sistema tiene la inteligencia para saber cuánto se vendió en tarjeta bancaria de crédito, en tarjeta de débito, en efectivo, simplificando la operación», añadió Garduño.
Esto también ha dado lugar a las estaciones de bajo costo, o estaciones desatendidas, donde no hay personal presente. «La plataforma tecnológica hace el corte automático sin necesidad de que una persona se encuentre en el lugar, minimizando los errores humanos y optimizando la recaudación de lo que se vendió en el turno», concluyó.
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