Durante los ùltimos días, la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar (ASOCAÑA) sostuvo una reunión con la Dirección de Hidrocarburos del Ministerio de Minas y Energía en la que le presentó una propuesta con el fin de estructurar un esquema que garantice el abastecimiento nacional de etanol, sin interferir en los precios ni en la participación de mercado.
En ese sentido, y en diálogo con Surtidores LATAM, el consultor en Transición Energética Integral, Julio César Giraldo Ruíz, explicó las propiedades y posibilidades del etanol como carburante, resaltando su valor en el marco de la transición energética.
“El etanol es un alcohol, alcohol etílico, y cuando se usa como carburante en un motor de combustión interna entra a formar lo que se denomina un compuesto oxigenado”, explicó. Esta propiedad permite que, al mezclarse con gasolina, se mejore la combustión y se generen beneficios ambientales por la reducción de emisiones contaminantes.
Giraldo señaló que en muchos países se recurre al etanol no sólo como medida ecológica sino también económica. “Oxigenar la gasolina se puede hacer directamente en las plantas de abastecimiento y, de acuerdo con las normativas de cada país, se puede agregar ciertos porcentajes de etanol como una manera no solo de hacer rendir la gasolina, muchos países la importan, sino que tiene un impacto ambiental positivo”, comentó.
No obstante, el experto aclaró que el uso de etanol en vehículos requiere que este pase por un proceso de desnaturalización, es decir, se le adiciona un compuesto como el metanol para que no sea apto para el consumo humano. “Con el etanol se fabrican la mayoría de licores para consumo humano, por eso debe desnaturalizarse antes de incorporarlo a la cadena de combustibles”, describió.
El especialista advirtió que el uso de etanol en altos porcentajes puede dañar los motores convencionales, ya que “el alcohol es corrosivo al interior de los motores”. Por esta razón, cuando se utiliza etanol en concentraciones como el E85 (85 por ciento de etanol) o incluso E100 (100 por ciento), se requieren motores especiales denominados FLEX. “Como ocurre en Brasil, donde estos motores están adaptados para tolerar estas concentraciones”.
Además de su aplicación práctica, Giraldo destacó la versatilidad en el origen del etanol. “Se puede obtener a partir de procesos agroindustriales como la caña de azúcar u otros cultivos, y ahí hablamos de bioetanol, o también lo podemos hacer sintéticamente a partir de hidrocarburos fabricados con hidrógeno renovable y captura de carbono, lo que se conoce como etanol renovable”, expresó.
Durante la pandemia de COVID-19, las prioridades cambiaron y los porcentajes normativos de etanol en la gasolina se redujeron, con el fin de destinar el alcohol a la producción de antisépticos medicinales. “Posteriormente se han vuelto a subir los porcentajes”, indicó el consultor, marcando cómo las políticas públicas pueden alterar el flujo del biocombustible según las necesidades del país.
“Se debe cambiar o adicionar la infraestructura de las Estaciones de Servicio, surtidores, bombas, entre otros, lo que acarrea unos costos adicionales que hay que definir quién los asumiría ante un eventual programa estatal de uso de etanol de alto porcentaje como combustible. Por eso es que por ahora se mezcla en planta en porcentajes del 8 al 10%”, concluyó Giraldo Ruiz.
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