En medio de un escenario regional cada vez más desafiante en términos energéticos, Paraguay comienza a delinear un proyecto estratégico que podría redefinir su matriz energética y su rol en el Cono Sur. Autoridades del Viceministerio de Minas y Energía de Paraguay se reunieron con representantes de Energía Argentina S.A. (ENARSA) para avanzar en la posibilidad de construir un nuevo gasoducto que conecte el sur del país con la producción de gas natural de la cuenca neuquina.

La propuesta no surge al azar. Con un crecimiento industrial sostenido y una demanda eléctrica que superó todas las proyecciones, según el propio viceministro Mauricio Bejarano, el incremento del consumo en 2023 trepó al 20%, casi el triple del promedio histórico. 

Es así que Paraguay enfrenta una disyuntiva: o se diversifican rápidamente las fuentes energéticas, o el desarrollo económico puede verse frenado en menos de una década.

Desde el gobierno, admiten que el país ya no puede depender únicamente de sus represas hidroeléctricas. «Si queremos seguir creciendo como lo venimos haciendo, vamos a tener que recurrir a soluciones térmicas, y el gas natural es la mejor opción posible», aseguró Bejarano. El funcionario también destacó que, además de asegurar el suministro, este tipo de proyectos abre la puerta a nuevas inversiones industriales y generación de empleo.

La iniciativa se complementa con el ambicioso Gasoducto Bioceánico, que proyecta conectar el Chaco paraguayo con el mercado brasileño atravesando todo el país. Aunque pensado originalmente para exportar energía, este corredor también serviría para abastecer de gas a comunidades locales, mejorar la infraestructura regional y posicionar a Paraguay como un nodo logístico clave en la red energética del Mercosur.

Asimismo, la Unión Industrial del Paraguay (UIP) ya advirtió que, de no construirse nuevas centrales termoeléctricas antes de 2030, el país podría enfrentar no solo un estancamiento económico, sino también episodios de inestabilidad eléctrica. Desde la entidad aseguran que el gas natural es la solución más inmediata y viable, y subrayan el potencial de Vaca Muerta como proveedor confiable de largo plazo.

A medida que el gas boliviano pierde protagonismo, el shale gas argentino gana terreno como la fuente más segura y accesible para abastecer al Cono Sur. En ese contexto, Paraguay busca aprovechar su ubicación estratégica para importar gas desde Argentina y, al mismo tiempo, canalizar exportaciones hacia Brasil, uno de los mayores centros industriales de la región.

Desde el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) también se sumaron señales de apoyo, señalando que la infraestructura energética es uno de los pilares que permitirán a Paraguay consolidar su crecimiento y avanzar hacia una mayor integración regional.