Expectativas y recelos ha generado el ingreso de la saudí Aramco luego de comprar la peruana Primax, que ha venido operando en Perú, Ecuador y Colombia, gestionando 2,500 estaciones de servicio en estos tres países.
Siendo una empresa que está entre las 5 principales del mundo en capitalización bursátil, hay inquietud cómo se manejará. En Chile, donde ingresaron en septiembre del 2023, van camino a consolidarse como el principal agente mayorista y gestor de estaciones de servicio.
Por el lado de las empresas que cuentan con refinerías como Enap en Chile, Repsol y Petroperú en Perú, Petroecuador en Ecuador y Ecopetrol en Colombia, les interesa ser sus proveedores de su producción de gasolinas y diésel, pero a la vez también temen ser dejados de lado por importaciones que Aramco pueda hacer de la Costa del Golfo de México.
Si Aramco decide operar principalmente con importaciones, pondría en serios problemas a las estatales del petróleo, pero no solo a ellos sino también a traders y mayoristas internacionales. Capacidad financiera para ser los líderes en el mercado andino les sobra, pero tendrán que ser cautelosos al entrar en una guerra de precios, deben entender la idiosincrasia de cada país o podrán tener problemas.
De otro lado, hay que tener en cuenta que no solo dirigen su estrategia empresarial a los combustibles fósiles, ya están embarcados en proyectos de energías renovables, tales como hidrógeno verde, que puede derivar en amoníaco verde. Esto no será bien visto por las empresas estatales y privadas que operan en cada país con combustibles fósiles y que tienen gran influencia en las decisiones gubernamentales
En resumen, habrá que ver cómo se desarrollará esta incursión saudí en Latinoamérica, que puede expandirse a grandes mercados como los de México y Brasil. Por el momento hay una gran incógnita.
*César Gutiérrez Peña, expresidente de Petroperú y analista del sector energético*
0 comentarios