Desde la semana pasada, los habitantes de la ciudad de Villeta, en Paraguay, se han visto afectados por una preocupante situación: la falta de suministro de agua potable. La Junta de Saneamiento de la compañía Cumbarity, responsable del servicio, se vio obligada a interrumpir el suministro luego de que el agua comenzará a tener un fuerte olor a combustible. Las autoridades sanitarias tomaron medidas drásticas y ordenaron el cierre de la aguatera, dejando a 140 usuarios sin acceso al vital líquido.
Este hecho no es el primero de estas características y según reportes preliminares, se sospecha que el líquido petrolífero se ha filtrado en el sistema de agua desde una estación de servicio, afectando la calidad del abastecimiento y poniendo en riesgo la salud de los consumidores.
Ante esta situación preocupante, Surtidores Latam dialogó con Lilian Nunes Salas, especialista en materia ambiental y en Gestión de Riesgos HSE, quien destacó la importancia de reconocer los riesgos asociados al rubro de los hidrocarburos, para prevenir daños, no solo en términos de seguridad, sino también en cuanto a su impacto ambiental.
«El derrame de carburantes puede generar contaminación en el suelo y agua subterránea, cuya gravedad depende de la magnitud de la filtración», señaló la experta, agregando que la antigüedad de los tanques y cañerías, así como una gestión inadecuada, son factores críticos que pueden contribuir a que la superficie se vea afectada, dejando residuos.
Según Nunes Salas, los artefactos subterráneos de paredes simples y antiguas son los principales causantes de estas situaciones, que además en muchas ocasiones van más allá de los límites de la Estación de servicio y llegan a casas vecinas, en especial las que cuentan con pozos o aljibes que al bombear el agua, suben a sus pozos el agua con grandes trazas de combustibles como naftas, diésel y hasta aceites lubricantes.
«Debemos tener en cuenta que un litro de combustible puede contaminar de 2 a 10 millones de litros de agua, lo que subraya la importancia de una gestión adecuada», advirtió.
“Otro factor es la falta de controles como las pruebas de hermeticidad especialmente cuando los tanques son de una antigüedad superior a 5 años, la gestión incorrecta también puede generar pérdidas por fallas en mantenimiento en picos, mangueras, falla o falta en los controles de stock diario y en la operación ya que las pequeñas gotas se acumulan y generan grandes niveles de contaminación”, explicó.
Como cierre Nunes Salas recomendó a los estacioneros a tomar las medidas de seguridad necesarias para evitar estos inconvenientes, ya que siempre es mejor prevenir y accionar para no llegar a estos extremos.
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