microorganismos en combustible
Latam.
22 Abr, 2025
Análisis. El diésel, un terreno fértil para los microorganismos: ¿por qué los biocidas se vuelven importantes?
Indican que en un contexto donde los biocombustibles ganan terreno como parte de las metas de transición energética, comprender sus particularidades y efectos colaterales resulta clave.

En la actualidad, la calidad del combustible va más allá del octanaje o el nivel de azufre. Con la incorporación de biocombustibles en las mezclas, especialmente en el diésel, nuevos desafíos van emergiendo en la cadena de distribución y almacenamiento, entre ellos, la proliferación de microorganismos que pueden degradar el producto y afectar el rendimiento de los motores.

Alexander Fique, especialista en combustibles y lubricantes con más de diez años de experiencia en el sector, explicó a Surtidores LATAM, que el uso de biocidas en Estaciones de Servicio se volvió una práctica importante, sobre todo en el caso del diésel.

El ACPM es más susceptible a degradarse porque el B100, que es el componente 100% vegetal de la mezcla, tiene una característica higroscópica, es decir, absorbe humedad del ambiente”, señaló el experto.

Antes, cuando los combustibles eran enteramente de origen fósil, el agua y el hidrocarburo tendían a separarse en fases distintas, con el agua depositándose en el fondo del tanque. “Hoy día no pasa así, porque el componente vegetal absorbe la humedad y forma una emulsión. Esto dificulta la separación del agua y crea un entorno perfecto para el desarrollo de microorganismos”, indicó Fique.

Esta mezcla emulsionada entre agua y biocombustible es el caldo de cultivo para bacterias y hongos. Estos organismos se alimentan del carbono, presente tanto en la gasolina como en el diésel, pero encuentran en este último mejores condiciones para proliferar. “El combustible es como el alimento, el agua es el precursor, y juntos crean el ambiente ideal para que se desarrollen estos microorganismos”, agregó.

Fique aclaró que, aunque este tipo de contaminación también puede presentarse en la gasolina, es mucho menos común. “Sí puede ocurrir, porque ambos combustibles están compuestos por moléculas de carbono que sirven de alimento, pero es más frecuente y abundante en el caso del diésel”, afirmó.

El crecimiento de estos organismos no solo deteriora la calidad del combustible, sino que también puede obstruir filtros, dañar bombas de inyección e incluso generar corrosión en los tanques de almacenamiento. Por eso, su presencia representa un riesgo tanto para las estaciones de servicio como para los consumidores finales.

El uso de biocidas es una solución eficaz para prevenir este tipo de contaminación. Es importante que los distribuidores y operadores de estaciones entiendan que ya no se trata solo de mantener el combustible limpio visualmente, sino de asegurar que esté libre de microorganismos”, manifestó el referente, quien trabajó en el acompañamiento técnico de diversas Estaciones de Servicio afectadas por esta problemática.

La formación de emulsiones y la mayor atracción de humedad obligan al sector a adoptar nuevas prácticas de control y prevención. “El biocombustible llegó para quedarse, pero hay que saber manejarlo correctamente para que no se convierta en un problema”, concluyó Fique.

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