Costa Rica en la Cumbre CLAEC 2025
Latam.
18 Mar, 2025
Energía ¿El GLP seguirá siendo relevante en la transición energética de América Latina?
Este combustible alternativo comienza a tomar un rol protagónico, pero enfrenta desafíos regulatorios y dependencia de importaciones.

El Gas Licuado de Petróleo se ha consolidado como una pieza relevante en la matriz energética de América Latina, proporcionando energía confiable y accesible a millones de hogares, comercios e industrias. Este recurso, cuya versatilidad lo hace indispensable tanto en áreas urbanas como rurales, se presenta como una alternativa moderna y limpia frente a combustibles tradicionales como la leña y el carbón.

Fabrício Duarte, Director Ejecutivo de la Asociación Iberoamericana de GLP (AIGLP), destacó a Surtidores Latam, la importancia del GLP no sólo en términos de seguridad energética, sino también como motor de desarrollo económico. “El GLP impulsa actividades productivas, y apoya a pequeños negocios. Su capacidad de adaptación y portabilidad lo convierten en una opción estratégica para regiones con infraestructura eléctrica limitada”, explicó.

Según datos recientes, entre 2018 y 2024, la producción de este gas en América Latina disminuyó un 10%, alcanzando los 15.62 millones de toneladas métricas (mtm) en 2024. Mientras que Brasil y Argentina lograron un incremento en la producción, México experimentó una significativa reducción. Sin embargo, la demanda total de GLP se mantuvo estable, con un leve aumento en 2024, cuando alcanzó los 30,21 mtm, impulsada principalmente por el consumo residencial, que representa el 65% del total.

Perú sobresale como el único país con un crecimiento sostenido en la demanda de GLP, especialmente en el sector vehicular, que abarca cerca del 40% del consumo total en el país, la proporción más alta de América Latina. Este desarrollo se ha visto favorecido por un ecosistema bien estructurado, con talleres de conversión, Estaciones de Servicio y el respaldo de fabricantes automotrices.

Sin embargo, el panorama no está exento de desafíos. Actualmente, la región depende en gran medida de las importaciones de GLP, principalmente provenientes de Estados Unidos, que abastece el 80% del volumen importado. 

Duarte subrayó que “la maduración de las reservas de gas natural y el avance de la electrificación del transporte anticipan un mayor volumen de importaciones, lo que demanda inversiones en infraestructura de almacenamiento y terminales marítimas para reducir costos”.

A nivel regulatorio, las situaciones varían considerablemente entre los países. En México, la dependencia de las importaciones se espera que alcance el 80% en los próximos años, mientras que las estrictas regulaciones de precios complican las inversiones. En Brasil, la posible flexibilización de normativas podría comprometer la calidad y seguridad del servicio, mientras que Argentina avanza hacia una desregulación progresiva, alineando los precios del GLP con los costos reales y promoviendo inversiones en la explotación del yacimiento de Vaca Muerta.

Para garantizar la sostenibilidad del sector, Duarte enfatizó la necesidad de políticas regulatorias equilibradas. “Es importante eliminar subsidios y controles de precios que distorsionan el mercado, ofrecer seguridad jurídica para atraer inversiones y combatir la informalidad que afecta tanto la seguridad como la competencia leal”, concluyó.

 

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