En cuestión de horas, el conflicto armado entre Irán e Israel reconfiguró el mapa energético global. El impacto fue inmediato, ya que los precios internacionales del petróleo se dispararon hasta un 13%, arrastrando consigo una ola de incertidumbre que golpea con fuerza al mercado paraguayo de los combustibles. Con una dependencia de las importaciones, el país se encuentra una vez más expuesto a los vaivenes de la geopolítica internacional.
El presidente de la Cámara Paraguaya de Distribuidoras de Combustibles (Cadipac), Miguel Bazán, sostuvo que la tendencia al alza ya venía gestándose incluso antes de la escalada militar. Según explicó, las cotizaciones del crudo comenzaron a subir semanas atrás, pero el conflicto entre Israel e Irán terminó por desatar una suba más pronunciada.
El crudo tipo Brent alcanzó los 78 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) llegó a los 73. Este encarecimiento global del petróleo coincide con un escenario interno que ya presenta señales de tensión: el diésel, que se comercializa por encima de los G. 7.000 por litro, es el combustible con mayor presión, similar a los niveles alcanzados durante la crisis energética global de 2022.
Por su parte, Jorge Cáceres, gerente general del emblema Copetrol, explicó que el aumento fue prácticamente instantáneo. “En cuestión de horas tras los ataques, el diésel subió entre un 7% y un 8%. El mercado reacciona primero con incertidumbre ante posibles interrupciones en la oferta, y mientras eso no se clarifique, es difícil predecir su comportamiento”, afirmó.
Uno de los focos de preocupación está puesto en el estrecho de Ormuz, zona crítica para el transporte marítimo de petróleo. Más del 30% del crudo que se comercializa por vía marítima cruza este paso estratégico. Analistas internacionales alertaron que un eventual bloqueo por parte de Irán podría disparar aún más los precios, llevándolos a niveles de entre 100 y 120 dólares por barril, replicando escenarios de crisis energética ya conocidos en Paraguay.
Asimismo, el transporte de cargas y pasajeros ya anticipa aumentos en sus costos operativos, mientras que sectores como la agricultura enfrentan mayores desafíos logísticos y de maquinaria.
La producción y distribución de alimentos, altamente dependiente del combustible, trasladará esos gastos a los consumidores. Como resultado, la inflación en los productos de la canasta básica podría intensificarse, afectando principalmente a los sectores más vulnerables.
Desde Petropar, por ahora, no se han pronunciado oficialmente sobre el ajuste, aunque diversas fuentes privadas ya confirmaron que el aumento se concretará en los próximos días. Bazán señaló que no es una cuestión de voluntad sino de necesidad: “Petropar no puede seguir vendiendo a pérdida. El aumento no es una especulación, es una respuesta a un mercado internacional que está completamente fuera de control”.
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