El 2025 se asoma como un año clave para el sector de las Estaciones de Servicio. Si bien los desafíos son numerosos, las oportunidades de transformación y crecimiento también están sobre la mesa.

Al respecto, Surtidores LATAM dialogó con Johan Efraín Mejia Mejia, propietario y administrador de la Estación de Servicio Texaco Hayuelos en la ciudad de Bogotá, quién compartió su análisis sobre los retos y las posibilidades que trae este nuevo año, remarcando la necesidad de adaptarse.

Uno de los mayores desafíos que enfrentará el sector es el incremento del salario mínimo decretado por el gobierno nacional, que será del 9,5%. Para el referente, este cambio “obliga a las Estaciones de Servicio a ser más eficientes en su operación. No podemos sacrificar la calidad del servicio, pero sí debemos buscar optimizar recursos para equilibrar la rentabilidad”. 

Además, el aumento en los precios de los combustibles se perfila como un factor crítico para el sector. Según el el administrador, “es un golpe para las gasolineras y los consumidores”.

En esa línea agregó: “Si bien sabemos que estas alzas responden a factores globales, también tienen un impacto local importante, pudiendo generar paros de transporte que afectan directamente nuestras ventas”. 

Asimismo, en el ámbito de la competencia, Mejía destacó el crecimiento de las Estaciones de Servicio en vías nacionales, donde los distribuidores mayoristas están ampliando su presencia.

«Es evidente que en las ciudades principales también estamos viendo un cambio en el modelo. Las estaciones pequeñas, con uno o dos surtidores, están ganando terreno debido a la necesidad de optimizar espacios en entornos urbanos«, explicó.

El impacto ambiental es otro de los grandes retos que deberán enfrentar los propietarios en 2025. En ciudades como Bogotá, la sequía prolongada y los racionamientos de agua incrementan los costos de operación, obligando a los empresarios a implementar medidas más sostenibles. 

“Como sector, tenemos la responsabilidad de adaptarnos a estas circunstancias. Implementar prácticas sostenibles no solo es una obligación ambiental, sino una estrategia de largo plazo para reducir costos”, resumió Mejía.