Con el aumento de vehículos eléctricos en Paraguay, se plantea un desafío crucial: desarrollar una infraestructura de carga eficiente que satisfaga las necesidades de los usuarios sin sobrecargar la red eléctrica. En este sentido, Juan Esteban Domaniczky Lanik, Coordinador del Centro de Innovación en Tecnologías Energéticas (CITE) del Parque Tecnológico Itaipú, ofreció a Surtidores Latam una visión integral sobre este tema, destacando varios factores clave que deben considerarse.
Según Domaniczky, la mayoría de los automóviles eléctricos actuales tienen una autonomía de entre 150 y 300 kilómetros, suficiente para cubrir las necesidades diarias de la mayoría de los usuarios urbanos. «En un día típico en una ciudad, es improbable que se recorran más de 22 kilómetros por hora en promedio», señaló. Esto significa que muchos conductores pueden cubrir sus necesidades diarias con una sola carga en casa, reduciendo la dependencia de los cargadores rápidos.
Sin embargo, el experto destacó una tendencia psicológica entre los usuarios a querer tener siempre su vehículo completamente cargado. «Esta expectativa puede llevar a una sobreutilización de la infraestructura, aumentando innecesariamente la demanda sobre la red eléctrica», explicó.
Asimismo, agregó: «Utilizar 5 o 10 minutos un cargador de 50 kilovatios tiene un impacto significativo en la red, en el consumo de energía», mencionó. Esto incluye la necesidad de mejorar los sistemas de transmisión, distribución y transformadores, lo que implica costos y ajustes significativos en la infraestructura eléctrica del país.
En este sentido, Domaniczky sugirió que todas las futuras estaciones deben incluir cargadores rápidos de 50 kilovatios como mínimo, para garantizar confianza en el consumidor. «Así como tienen normas de seguridad contra incendios, las expendedoras deben ofrecer la posibilidad de suplir la demanda eléctrica», afirmó. Esta medida asegurará que los conductores tengan acceso a la electromovilidad, especialmente durante viajes largos.
Además, las gasolineras están comenzando a instalar cargadores, a veces gratuitos, como una estrategia comercial para atraer clientes. «Normalmente estos son pequeños de 3,2 o de 7 kilovatios, lo que requiere que el auto esté cargando durante 10 horas para llenar completamente la batería. Esta estrategia está más orientada más al marketing que a la eficiencia energética», comentó.
«La necesidad imperiosa invertir en artefactos de gran velocidad de recarga que brinde seguridad es clave, para que los consumidores opten por vehículos eléctricos», expresó Domaniczky, quien además señaló que las automotrices están invirtiendo en automóviles con mayor autonomía, lo que también persuade a los usuarios a migrar hacia el eléctrico.
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