La transición hacia la electromovilidad a nivel nacional avanza con la implementación de normativas que buscan regular el mercado de carga eléctrica para vehículos. En este contexto, los propietarios y empresarios del sector de Estaciones de Servicio se van perfilando como actores importantes en el crecimiento de las electrolineras.
De acuerdo con la Resolución 40123 de 2024, emitida por el Ministerio de Minas y Energía, este servicio ofrecido a los usuarios y clientes en estaciones públicas es considerado un “servicio de carga” y no una comercialización de energía eléctrica, permitiendo además la libre oferta de estaciones de carga pública.
En ese sentido, este modelo permite a cualquier persona natural o jurídica ofrecer este suministro, estableciendo precios de manera libre y adaptando modalidades de cobro, como tarifas por kilovatio-hora (kWh), tiempo o sesión.
Sin embargo, el mercado de las plataformas de recarga para unidades eléctricas, podría representar una oportunidad estratégica para los propietarios y administradores.
“El ajuste se trata de sostener al cliente por un tiempo que como mínimo debe ser media hora, es una responsabilidad que nosotros, los empresarios minoristas tendríamos que ver cómo logramos atraerlos para que estén allí en la Estación de Servicio”, había comentado a Surtidores LATAM Javier Ricardo Vargas Becerra, Gerente de la Estación de Servicio La Frontera.
“No creo que las Estaciones de Servicio vayan a desaparecer por culpa de la movilidad eléctrica, pero si queremos sobrevivir en el mercado estamos obligados a transformar nuestro modelo de negocio”, mencionó a este medio Johan Efraín Mejia Mejia, propietario y administrador de la Estación de Servicio Texaco Hayuelos en Bogotá.
Cabe mencionar que en el año 2021, la normativa expuesta permitió integrar servicios de carga eléctrica, sentando las bases para una red más amplia de estos puntos en todo el territorio nacional. Sin embargo, su desarrollo aún se enfrenta a distintos retos, como la necesidad de adaptaciones en la infraestructura eléctrica y la baja disponibilidad de medidores trifásicos en algunas zonas urbanas.
Es importante destacar que en el segmento de carga residencial, las barreras son aún más evidentes. A diferencia de otros países como Ecuador, Colombia no ofrece una tarifa diferenciada para la carga domiciliaria de vehículos eléctricos, lo que obliga a los usuarios a gestionar el consumo dentro del esquema tarifario residencial regulado.
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