La regulación de combustibles en Colombia es estricta. Analizamos cómo la integración vertical afecta la competencia en el mercado minorista.
Colombia.
10 Jun, 2025
Análisis. Estaciones de Servicio: las ventajas y las desventajas de la integraciòn vertical
Una mirada acerca de los puntos de la normativa vigente en el país.

El mercado de distribución minorista de combustibles a nivel nacional se caracteriza por una regulación estricta que abarca desde la refinación hasta la venta final al consumidor.

El abogado Santiago Martínez Pinto, experto en combustibles líquidos derivados del petróleo y Oil & Gas, y fundador de la firma Faroo Legal, explicó a Surtidores LATAM  que esta actividad está rigurosamente regulada para definir claramente los roles y responsabilidades de cada agente en la cadena productiva. “No cualquiera puede iniciar una actividad relacionada con la venta de combustibles, como sí ocurre con otros sectores más flexibles como el alimenticio”, afirmó el experto.

Colombia cuenta con un esquema regulatorio que contempla distintos tipos de distribuidores minoristas. Por un lado están los que operan a través de Estaciones de Servicio para el mercado automotor; por otro, los comercializadores industriales que abastecen sectores como la agroindustria, la minería o la infraestructura, sin pasar por estaciones de servicio. Esta diferenciación en la regulación busca responder a la diversidad de necesidades de consumo del país.

Sin embargo, Martínez Pinto señaló que “una cosa es tener una regulación y otra cosa es lo que pasa en realidad en el mercado”. Una particularidad del mercado colombiano es la permisividad hacia la integración vertical, donde un mismo actor, por ejemplo un refinador, puede operar en toda la cadena, desde la refinación hasta la distribución minorista. “Está permitida la integración vertical del negocio. No hay prohibiciones de verticalización en el mercado de los combustibles”, explica. 

Esta integración vertical genera ventajas, como economías de escala, reducción de costos y mayor cobertura. Martínez Pinto comentó que estas condiciones pueden beneficiar a largo plazo la calidad y eficiencia en la prestación del servicio. No obstante, advierte que “también trae efectos perversos”, especialmente en la competencia dentro del segmento minorista.

Según el experto, los actores con mayor poder económico que integran la cadena pueden implementar estrategias de precios que marginan a los distribuidores minoristas independientes. “Inician campañas muy agresivas que terminan sacando del mercado a los minoristas que no pueden competir”, advirtió Martínez Pinto, quien subrayó el riesgo de que esta dinámica reduzca la competencia efectiva, algo perjudicial para el mercado y los consumidores.

La falta de competencia puede derivar en un mercado menos dinámico, donde pocas empresas concentran el control y limitan la diversidad de opciones. “La concentración del mercado puede llevar a que el consumidor final pierda beneficios derivados de la competencia, como precios justos y mejor servicio”, añadió.

Por último el especialista manifestó que, aunque la regulación está bien estructurada en términos formales, es necesario revisar el impacto real de la integración vertical y sus efectos en la competencia. “Es una lucha constante para garantizar un mercado justo, donde los minoristas puedan coexistir y competir de manera equitativa”, resumió Martínez Pinto.

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