La empresa estatal, Pemex, se encuentra en una encrucijada crítica. Con la producción de petróleo estancada en 1.8 millones de barriles diarios hasta el 2030, la misma deberá redefinir su estrategia para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo y exigente.
En conversación con Surtidores Latam, Ramses Pech, especialista del sector, subrayó la necesidad urgente de que Petróleos Mexicanos explore nuevas oportunidades y colabore con el sector privado, especialmente en el ámbito eléctrico.
Por su parte, Víctor Rodríguez Padilla, director de Pemex, enfatizó la importancia de las asociaciones estratégicas: “Estamos plantando toda una serie de asociaciones, proyectos mixtos en exploración y producción, y la participación externa es muy importante por los conocimientos, experiencias y tecnología que nos puedan aportar”.
En este sentido, Pemex operará con un presupuesto que se mantendrá constante hasta el 2025. Esta limitación financiera presenta importantes retos, especialmente al considerar su necesidad de participar en el mercado eléctrico junto a actores privados.
Además, la petrolera debe decidir si la electricidad generada se destinará al mercado o al autoconsumo. Este es un punto crítico, ya que Pemex enfrenta pérdidas financieras atribuibles en gran parte a la volatilidad cambiaria. Aunque la compañía presenta utilidades en su operación, los costos financieros la colocan en una posición negativa.
Pech también se refirió a las posibilidades de extracción de litio. A pesar de que Pemex no se proyecta para la explotación de minas a cielo abierto, se han identificado oportunidades en aguas congénitas de formaciones de lutitas mediante fracturación hidráulica. “Estudios recientes han sugerido la presencia de litio en estas aguas, especialmente en las cuencas de Burgos y Sabinas, lo que abre la puerta a nuevas exploraciones”, sostuvo el experto.
Sin embargo, esto dependerá de la formación geológica de las áreas perforadas y de los resultados de investigaciones previas, como el estudio de Arkansas que indica indicios prometedores.
Ante esto, el camino hacia la inversión privada se presenta como una alternativa viable. Si bien Pemex puede considerar opciones como contratos de obra pública financiada para la extracción de crudo y gas, Pech señaló que “es evidente que el tiempo de autorización y la burocracia son obstáculos significativos”.
En paralelo, la estatal enfrenta el desafío de incursionar en nuevos mercados, al tiempo que debe invertir en la mitigación de gases de efecto invernadero. La urgencia de que Pemex se desvincule de la ley de ingresos es evidente, ya que la necesita flexibilidad y recursos para poder operar de manera efectiva en un entorno cada vez más exigente.
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