Desde la Federación de Empresarios de Biocombustibles y Energéticos de Colombia (FEBECOL), se encendió una alerta ante la posibilidad de que se incremente el precio del diésel (ACPM) durante los próximos días en el país.
Farid Jones, director ejecutivo del gremio, manifestó en diálogo con Surtidores LATAM su “profunda preocupación” por las consecuencias directas que una medida de este tipo podría tener sobre el tejido económico y social colombiano.
“El diésel no solo es el combustible principal del transporte de carga y pasajeros, sino también el motor energético de los sectores agrícola, minero, industrial y logístico”, advirtió Jones, al destacar la transversalidad del ACPM en múltiples sectores estratégicos. En su opinión, un alza importante de este combustible traería consigo un “efecto inflacionario en cadena”, impactando desde el costo de los alimentos hasta los materiales de construcción y el transporte urbano e intermunicipal.
El representante de FEBECOL hizo hincapié en que los hogares más vulnerables serían los más afectados por este impacto inflacionario, al tiempo que insistió en que cualquier decisión sobre el precio del diesel debe tomarse bajo criterios técnicos, económicos y sociales equilibrados. “Es fundamental que se garantice una transición gradual y concertada”, sostuvo.
Ante este escenario, el gremio planteó tres propuestas concretas al Gobierno Nacional. En primer lugar, la instalación de mesas técnicas permanentes en las que participen distribuidores minoristas de combustibles, transportadores, gremios agrícolas, autoridades locales y entidades del Gobierno. El objetivo, según Jones, es “evaluar el impacto real del alza proyectada”.
En segundo lugar, FEBECOL solicitó un “plan de compensación y mitigación” enfocado en los sectores más vulnerables y en aquellas regiones apartadas donde el diésel es el único energético disponible. La tercera propuesta tiene que ver con la necesidad de transparencia en la estructura de precios, incluyendo una explicación clara del déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) y sus posibles soluciones.
“Entendemos la necesidad de corregir distorsiones fiscales y de garantizar la sostenibilidad del sistema energético”, indicó Jones, pero aclaró que el gremio no comparte una medida que no contemple el contexto económico actual ni la reactivación productiva que aún requiere apoyo estatal. De acuerdo a su mirada, el país necesita equilibrio, gradualidad y consenso.
Para FEBECOL, el debate en torno al precio del diésel no puede tratarse de forma aislada, sino que debe involucrar una mirada integral del modelo energético y del impacto social de cada decisión.
El gremio reiteró que el diálogo con todos los actores involucrados es clave para encontrar salidas que protejan tanto las finanzas públicas como la competitividad nacional. “Hay que trabajar con el Gobierno Nacional y con todos los actores del sector en la búsqueda de soluciones responsables”, concluyó Jones.
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