Las ventas de diésel a nivel nacional se han mantenido en una estabilidad relativa en los últimos meses. Sin embargo, la incertidumbre sobre los futuros incrementos en su precio genera preocupación entre transportadores y distribuidores de combustible.
Aunque el gobierno nacional manifestó su intención de continuar con la eliminación gradual de los subsidios, todavía no hay claridad sobre la magnitud de los próximos aumentos ni el calendario de implementación.
Farid Jones, Director Ejecutivo de la Federación de Empresarios de Biocombustibles y Energéticos de Colombia (Febecol), dialogó con Surtidores LATAM y mencionó que cualquier decisión debe tomarse con cautela para evitar impactos negativos en el sector.
Asimismo recordó que durante el año anterior se acordó un incremento de 800 pesos con los transportadores, luego de que una propuesta inicial de 2.000 pesos generara una crisis en el sector y paros de hasta seis días.
Jones explicó que “en 2024, la propuesta inicial de incremento generó una crisis en el sector transportador y derivó en protestas. Tras el acuerdo, se inició el desmonte de subsidios, y se manifestó que para 2025 se verían otros aumentos en el precio del diésel. Sin embargo, a la fecha, todavía no tenemos el tema claro por parte del gobierno nacional”.
Uno de los mayores temores en el sector es que el impacto de un alza en el precio del ACPM sea similar al que sufrió la gasolina corriente en el último año. Entre 2023 y 2024, las ventas cayeron entre un 8% y un 9%, debido al aumento progresivo del precio. De acuerdo a Jones, si bien el diésel demostró cierta resistencia a las fluctuaciones, el escenario podría cambiar drásticamente si se implementa un alza abrupta.
El director de Febecol manifestó que “de generarse subas, se vería un comportamiento muy similar al de la gasolina corriente, donde las ventas cayeron. Un incremento fuerte en estos momentos afectaría al sector transportador y reduciría automáticamente las ventas de combustible”.
Asimismo señaló que este escenario podría repercutir en el costo de los bienes y servicios, impactando la inflación y la economía del país. “Creo que este debería ser un tema concertado, no solo con los transportadores, sino también con el gremio de la distribución de combustibles. Somos quienes entregamos el producto final a los consumidores, y es importante que también estemos presentes para analizar las problemáticas que podrían surgir con un alza”, concluyó Jones.
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